Versiones de la Web
Web 3.0 o Web3 es la tercera generación de la World Wide Web (WWW). Es una visión de una Web descentralizada y abierta con mayores beneficios para los usuarios.
La Web 2.0 es la segunda y actual generación, tras la Web 1.0 de los años 90 y principios del siglo XXI. La Web 2.0 es la versión de Internet (término utilizado a menudo como sinónimo de Web) que todos conocemos.
Web se refiere a la World Wide Web, el sistema central de recuperación de información de Internet. Las iniciales WWW eran (y a menudo siguen siendo) un prefijo de una dirección web y figuraban entre los primeros caracteres que se tecleaban en un navegador web al buscar un recurso concreto en Internet. Se atribuye al pionero de Internet Tim Berners-Lee la acuñación del término World Wide Web para referirse a una red global de información y recursos enlazados por hipervínculos.
Web 1.0
Berners-Lee fue pionero en el desarrollo de Internet en los años 90, cuando era informático en el centro de investigación europeo CERN.
En octubre de 1990, ya había escrito las tres tecnologías básicas que sustentan la Web, incluido el primer editor/navegador de páginas web (WorldWideWeb.app):
HTML: HyperText Markup Language, el lenguaje de marcado o formateo de la Web.
URI o URL: URI: Uniform Resource Identifier o Locator, dirección única utilizada para identificar cualquier recurso en la Web.
HTTP: Protocolo de Transferencia de Hipertexto, que permite recuperar recursos enlazados desde la Web.
A mediados de la década de 1990 se inició la era Web 1.0, con la aparición de navegadores como Netscape Navigator. Era una época de páginas web estáticas cargadas desde servidores, muy lejos de los contenidos fluidos que hoy damos por sentados.
La mayoría de los internautas de entonces estaban entusiasmados con nuevas funciones como el correo electrónico y la búsqueda de noticias en tiempo real. La creación de contenidos estaba aún en pañales y los usuarios tenían pocas opciones de aplicaciones interactivas. Este compromiso mejoró a medida que la banca y el comercio en línea se hicieron más populares.
Web 2.0
La Web 2.0 marca un cambio de paradigma en la forma de utilizar Internet. En las dos primeras décadas del siglo XXI, los aburridos sitios web de la Web 1.0 fueron sustituidos por la interactividad de la Web 2.0, las redes sociales y los contenidos generados por los usuarios. La Web 2.0 permite que los contenidos generados por los usuarios sean vistos por millones de personas en todo el mundo, de forma prácticamente instantánea. Este alcance sin precedentes ha provocado una explosión de este tipo de contenidos.
El crecimiento exponencial de la Web 2.0 está impulsado por innovaciones clave como el acceso móvil a Internet y las redes sociales, así como por la casi ubicuidad de potentes dispositivos móviles como el iPhone y Android.
En la segunda década de este milenio, estos avances han permitido el dominio de aplicaciones que han ampliado enormemente la interactividad y la utilidad de las aplicaciones en línea: Airbnb, Facebook, Instagram, TikTok, Twitter, Uber, WhatsApp y YouTube, por nombrar algunas.
El fenomenal crecimiento de los ingresos de estas plataformas dominantes ha llevado a muchas empresas orientadas a la Web 2.0, como Apple, Amazon, Google, Meta (antes Facebook) y Netflix, a figurar entre las mayores empresas del mundo por capitalización bursátil
Estas aplicaciones también han impulsado el crecimiento de la «economía gig», que permite a millones de personas obtener ingresos a tiempo parcial o completo conduciendo coches, alquilando casas, repartiendo comida o vendiendo bienes y servicios en línea.
La Web 2.0 también ha causado enormes trastornos en algunas industrias y sectores, e incluso supone una amenaza existencial. Éstos no han sabido adaptarse al nuevo modelo de negocio centrado en la web o han tardado en hacerlo. Entre los sectores más afectados están el comercio minorista, el entretenimiento, los medios de comunicación y la publicidad.
Web 3.0
La Web 3.0 representa la siguiente fase en la evolución de la Web/Internet y podría ser un cambio de paradigma tan grande como lo fue la Web 2.0. La Web 3.0 se basa en los conceptos fundamentales de descentralización, apertura y mayor utilidad para los usuarios.
Berners-Lee ya explicó algunos de estos conceptos clave en los años 90, como se muestra a continuación:
Descentralización: «No se necesita el permiso de una autoridad central para ejecutar nada en la red, no existe un nodo de control central y, por tanto, no hay un único punto de fallo… ¡y no hay «interruptor»! Esto también significa libertad frente a la censura y la vigilancia arbitrarias».
Diseño ascendente: «En lugar de que el código sea escrito y revisado por un pequeño grupo de expertos, se desarrolla bajo la supervisión de todos, lo que permite la máxima participación y experimentación.»
En un artículo de 2001, Berners-Lee habla de un concepto que denomina Web Semántica.
Los ordenadores no disponían de una forma fiable de procesar la semántica del lenguaje (es decir, de determinar en qué contexto se utilizaba realmente una palabra o frase). La visión de Berners-Lee de la Web Semántica consistía en estructurar el contenido semántico de las páginas web y permitir que el software realizara tareas complejas para el usuario.
La Web 3.0 ha superado con creces el concepto original de Web Semántica que Berners-Lee ideó en 2001, en parte porque es muy costoso y extremadamente difícil traducir el lenguaje humano, con todos sus sutiles matices y variaciones, a un formato fácilmente comprensible por los ordenadores, y en parte porque la Web 2.0 ya ha evolucionado mucho en los últimos veinte años.
Definir las características de la Web 3.0
Aunque todavía no existe una definición estándar de la Web 3.0, sí tiene algunas características definitorias.
Descentralización
Esta es la idea básica de la Web 3.0. En la Web 2.0, los ordenadores utilizan el protocolo HTTP en forma de direcciones web únicas para buscar información almacenada en una ubicación fija, normalmente en un único servidor. En la Web 3.0, la información se localiza en función de su contenido, por lo que puede almacenarse en varios lugares simultáneamente. Se descentraliza. Esto romperá las enormes bases de datos que actualmente poseen gigantes de Internet como Meta y Google, y dará más control a los usuarios.
Con la Web 3.0, los datos generados por diferentes dispositivos informáticos cada vez más potentes, como teléfonos móviles, ordenadores de sobremesa, electrodomésticos, vehículos y sensores, se venderán a los usuarios a través de redes de datos descentralizadas, garantizando que los usuarios mantengan el control sobre lo que poseen.
Sin confianza y sin permisos
Al estar basada en software de código abierto, la Web 3.0 también será sin confianza (lo que significa que la red permitirá a los participantes interactuar directamente sin la intervención de un intermediario de confianza) y sin permisos (lo que significa que cualquiera podrá participar sin permiso de una agencia gubernamental).
Como resultado, las aplicaciones de la Web 3.0 se ejecutarán en blockchains o en redes descentralizadas entre iguales, o en una combinación de ambas. Estas aplicaciones descentralizadas se denominan dApps.
Inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático
En la Web 3.0, los ordenadores serán capaces de comprender la información de forma similar a la humana gracias a tecnologías basadas en el concepto de la Web Semántica y el procesamiento del lenguaje natural. La Web 3.0 también utilizará el aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial (IA) que emplea datos y algoritmos para imitar el aprendizaje humano y aumentar gradualmente su precisión.
Estas capacidades permitirán a los ordenadores ofrecer resultados más rápidos y pertinentes en ámbitos tan diversos como el desarrollo de fármacos y nuevos materiales, frente a la publicidad puramente dirigida que constituye la mayor parte de los esfuerzos actuales.
Conectividad y ubicuidad
Con la Web 3.0, la información y los contenidos estarán más conectados y serán más ubicuos, accesibles a través de muchas aplicaciones y de un número cada vez mayor de dispositivos cotidianos conectados a la red. La Internet de los objetos es un ejemplo de ello.
Potencial y riesgos de la Web 3.0
La Web 3.0 tiene el potencial de aportar muchos más beneficios a los consumidores, mucho más allá de las redes sociales, el streaming y las compras en línea, que constituyen la mayoría de las aplicaciones de la Web 2.0 utilizadas por los consumidores. Capacidades como la web semántica, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, que son la base de la Web 3.0, tienen el potencial de ampliar enormemente las capacidades de las aplicaciones en nuevas áreas y mejorar drásticamente la interacción con el usuario.
Elementos clave de la Web 3.0, como la descentralización y los sistemas sin permisos, también darán a los usuarios mucho más control sobre sus datos personales. Esto puede ayudar a frenar la práctica de la minería de datos (recopilación de información de los usuarios de Internet sin su consentimiento o compensación) y reducir los efectos de red que han permitido a los gigantes tecnológicos convertirse casi en monopolios mediante prácticas de publicidad y marketing explotadoras.
Sin embargo, la descentralización también conlleva importantes riesgos jurídicos y normativos. Ya es difícil controlar la ciberdelincuencia, la incitación al odio y la desinformación, y en una estructura descentralizada esto será aún más difícil debido a la falta de control central. Una red descentralizada también dificultará mucho la regulación y la aplicación de la ley. Por ejemplo, ¿qué país hará cumplir las leyes a un determinado sitio web cuyo contenido está alojado en varios países del mundo?
¿Qué ejemplo del mundo real muestra cómo la Web 3.0 aporta mayores beneficios a los usuarios?
Actualmente, si está planeando unas vacaciones y tiene un presupuesto limitado, tiene que pasar horas buscando vuelos, alojamiento y alquiler de coches, navegando por múltiples sitios web y comparando precios. Con la Web 3.0, los motores de búsqueda inteligentes o robots podrán recopilar toda esta información y hacer recomendaciones personalizadas basadas en su perfil y preferencias, ahorrándole horas de trabajo.
¿Es la Web 3.0 lo mismo que la web semántica?
La Web 3.0 va mucho más allá que la web semántica, inventada por el pionero de la web Tim Berners-Lee. Aunque la Web 3.0 utiliza tecnologías basadas en los conceptos de la web semántica y el procesamiento del lenguaje natural para hacer más intuitiva la interacción con el usuario, tiene otros elementos como el uso extensivo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, así como sistemas basados en la confianza o sin permisos, como blockchain y las redes entre iguales.
¿Qué nuevas tecnologías financieras facilita la Web 3.0?
Debido a su función central de descentralización, la Web 3.0 se presta a tecnologías como el blockchain, el libro mayor distribuido y las finanzas descentralizadas (DeFi).
El resultado final
Utilizando una analogía cinematográfica, si la Web 1.0 representa la era de las películas en blanco y negro, la Web 2.0 representa la era de las películas en color/ 3D básico, y la Web 3.0 representa las experiencias inmersivas en el metaverso.
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